MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
A golpe de piano y cual liturgia para fieles, Enrique Bunbury apareció en el Palacio de Deportes de Madrid para presentar su último disco, 'Las Consecuencias'. Muchas expectación entre sus seguidores, que terminaron el concierto "fríos" tras las notas de 'El viento a favor' y el rápido encendido de luces del Palacio de los Deportes.
Un turista de la belleza, como reza una de sus canciones, que empezó el concierto repasando temas de su último disco como 'Las Consecuencias', 'Frente a Frente' o 'Ella dijo no', ataviado con chaqueta azul y su inseparable sombrero.
"Es un gusto estar en Madrid", gritó el cantante, respaldado por un público que coreaba su nombre, indiferente a la crisis y ocupando unos asientos, cuyas primeras filas rodaban el precio de 60 euros.
Con el vuelo del sombrero del artista, empezaron a sonar los éxitos de una carrera que se inició hace más de veinte años con 'Heroes del silencio'. Durante el concierto celebró la efemérides de 'Senderos de traición' y obsequió a sus seguidores con un tema de la banda, 'La senda', que levantó al público de sus asientos.
Le siguieron 'El extranjero', 'Enganchado a tí', 'De todo el mundo', 'Infinito' y letras coreadas por la mayor parte del público, que llenó el Palacio de Deportes y supo apreciar cada guiño de su líder, en los movimientos, los gestos y en los silencios en los que Bunbury cedía el turno al público para que completase las canciones.
Terminó el concierto con una versión electrizante de 'Lady Blue', que no dejó indiferente a nadie y empezó la carrera de los bises, de nuevo con un tema de su último álbum, titulado 'El boxeador', una bonita metáfora de la vida y de los golpes recibidos.
Golpes que seguro ha compartido con su gran amigo Nacho Vegas con quien publicó 'El tiempo de las cerezas', y del que tocó 'Puta desagradecida', para terminar con 'El viento a favor', un tanto descafeinada, porque como dice Enrique Bunbury: 'El gran teatro del mundo debe continuar'.
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