El zaragozano actúa en el pabellón Príncipe Felipe (21.00) en la recta final de su gira 'Las consecuencias', que arrancó en abril.
Como los turrones lobunos: vuelve, a casa vuelve, cuando el orondo del traje rojo ya anuncia su visita. Bunbury toca esta noche en el pabellón Príncipe Felipe. El tour 'Las consecuencias', en defensa del álbum homónimo que salió a la venta a principios de año, ha sido un carrusel de sensaciones, con lugar para nuevos retos (esa gira gringa por lugares no necesariamente latinos) y sonrisas de repetición, como ese octubre mexicanísimo, el guiño a Buenos Aires (tres noches en el teatro Gran Rex, en las que se grabó material para un futuro disco en directo, que podría salir en formato de triple vinilo y doble cedé) y los primeros conciertos por España. Tiene a los Santos Inocentes como banda cómplice, al igual que ocurriera en la anterior gira.
La andadura comenzó por Estados Unidos. Los fans, agrupados en el club Bunbury España, propusieron a su artista favorito que hiciera un diario de la gira, idea que adquirió un formato curioso: en cada uno de los agotadores viajes en autobús por todo el país, Bunbury confeccionó listas de canciones con el nombre del estado o de la ciudad visitada, que sonarían en el vehículo durante el trayecto. Así puso a sus seguidores a 'viajar' con él. Publicó también tras cada bolo el listado de temas interpretados: ha llegado a las 60 con las sucesivas incorporaciones hechas a lo largo del año.
Los conciertos, con una duración promedio superior a las dos horas, exhiben temas de todos los álbumes de Bunbury, y también material de Héroes: 'Senda', 'Herida', 'En brazos de la fiebre', 'Tesoro'... gracias a la abundancia de repertorio, las combinaciones son ilimitadas. Del último álbum se tocará casi todo: por cierto, el miércoles se le otorgó a Bunbury el disco de oro por este trabajo: 40.000 copias en España. en el mundo van 200.000, cifras considerables para estos tiempos.
Hay quien sigue haciendo malabares para ir al mayor número de conciertos, como Juan Garrancho, que ya ha visto los tres en Valencia, los dos de Málaga, viene hoy a Zaragoza y estará en el segundo previsto en Barcelona. O Anamaria Gacichevici, que llegó expresamente de Rumanía para los conciertos de Valencia. Y David Iturbe, de Barcelona, que siguió parte de la gira en Estados Unidos y también fue a los dos de Málaga. La impresión general es común: los temas nuevos, con mayoría de 'tempos' suaves, se enhebran bien con la intensidad de pasadas épocas. Será una noche para disfrutar.
La andadura comenzó por Estados Unidos. Los fans, agrupados en el club Bunbury España, propusieron a su artista favorito que hiciera un diario de la gira, idea que adquirió un formato curioso: en cada uno de los agotadores viajes en autobús por todo el país, Bunbury confeccionó listas de canciones con el nombre del estado o de la ciudad visitada, que sonarían en el vehículo durante el trayecto. Así puso a sus seguidores a 'viajar' con él. Publicó también tras cada bolo el listado de temas interpretados: ha llegado a las 60 con las sucesivas incorporaciones hechas a lo largo del año.
Los conciertos, con una duración promedio superior a las dos horas, exhiben temas de todos los álbumes de Bunbury, y también material de Héroes: 'Senda', 'Herida', 'En brazos de la fiebre', 'Tesoro'... gracias a la abundancia de repertorio, las combinaciones son ilimitadas. Del último álbum se tocará casi todo: por cierto, el miércoles se le otorgó a Bunbury el disco de oro por este trabajo: 40.000 copias en España. en el mundo van 200.000, cifras considerables para estos tiempos.
Hay quien sigue haciendo malabares para ir al mayor número de conciertos, como Juan Garrancho, que ya ha visto los tres en Valencia, los dos de Málaga, viene hoy a Zaragoza y estará en el segundo previsto en Barcelona. O Anamaria Gacichevici, que llegó expresamente de Rumanía para los conciertos de Valencia. Y David Iturbe, de Barcelona, que siguió parte de la gira en Estados Unidos y también fue a los dos de Málaga. La impresión general es común: los temas nuevos, con mayoría de 'tempos' suaves, se enhebran bien con la intensidad de pasadas épocas. Será una noche para disfrutar.